Una leona llamada "Siena" tenía una
profunda herida a la altura de su muslo y pierna izquierda. Un búfalo había
atravezado su cuerno en el muslo del felino. Recientemente, Siena había dado a
luz a tres cachorros, y la severa lesión ponía en riesgo su vida, y por tanto,
la supervivencia de sus cachorros.
Según refiere un boletín del DSWT, el cuerno
del búfalo no lesionó el estómago o dislocó el hueso, pero sí afecto con
seriedad los tejidos blandos y la piel de Siena. Esto benefició el proceso de
cura realizado por los veterinarios.
Los doctores sedaron al animal para inicial el
tratamiento. Luego de limpiar la herida realizaron suturas y juntaron la piel
cuidadosamente. Finalmente aplicaron distintos productos como antibióticos de
larga duración para evitar infecciones y arcilla verde para acelerar la
cicatrización.
Cuando Siena despertó se reincorporó a su
manada que aguardaba cerca y nunca intervino durante la hora y media que tomó el
trabajo de los veterinarios.
A dos días de la intervención de DSWT se
realizó un informe sobre el progreso del animal. No mostró signos de gran dolor
pues caminó normalmente, dobló sus piernas hasta ponerse en cuclillas para
orinar sin problemas y cuidó de sus cachorros como antes del accidente.