Disfrutemos de nuestro inquieto Sol mientras dure. Los
científicos han anunciado hoy que cuando finalice el último ciclo de manchas
solares, es muy posible que el astro entre en hibernación.
Tres estudios independientes sobre la superficie, el
interior y la atmósfera superior del Sol coinciden en que el siguiente ciclo
solar se retrasará mucho, si es que llega a tener lugar. Normalmente, el
siguiente ciclo debería comenzar aproximadamente en 2020.
Este «letargo solar» ha sido comparado con el mínimo solar
más profundo que tuvo lugar entre 1645 y 1715, conocido como Mínimo de Maunder.
Este periodo de aproximadamente 70 años coincidió con la
etapa más fría de la pequeña Edad de Hielo, cuando se congelaban los canales
europeos y los glaciares eran comunes en los pueblos de montaña.
«Tenemos algunos datos interesantes que indican que la
actividad solar está relacionada con el clima, pero no comprendemos esa
relación», comentó Dean Pesnell, científico del Observatorio Dinámico Solar
(SDO) de la NASA.
Además, aunque existiera realmente una relación con el
clima, Pesnell no cree que otro mínimo solar produjera un letargo frío.
«Hemos añadido cantidades considerables de dióxido de
carbono, metano y otros gases de efecto invernadero en la atmósfera», dijo
Pesnell, que no participó en los nuevos estudios sobre el Sol.
«No creo que viéramos hoy los mismos efectos si el Sol
viviera otro periodo como el Mínimo de Maunder».
Las manchas
solares pierden fuerza
Las manchas solares son marcas oscuras y frías con intensa
actividad magnética. Algunas pueden tener un tamaño superior al de la Tierra.
Durante siglos los científicos han utilizado las manchas
solares para detectar los niveles máximos y mínimos de magnetismo del Sol.
Por ejmplo, los astrónomos del siglo XVII Galileo Galilei y
Giovanni Cassini detectaron por separado manchas solares y descubrieron la
falta de actividad durante el Mínimo de Maunder.
En el siglo XIX los científicos descubrieron que las manchas
solares van y vienen de forma regular en ciclos que duran unos 11 años. En la
actualidad nos encontramos en el Ciclo Solar 24 y en 2013 tendrá lugar un
máximo de actividad solar.
Matt Penn, del Observatorio Solar Nacional, y sus colegas
analizaron 13 años de datos de manchas solares tomados por el Telescopio Solar
McMath-Pierce de Kitt Peak (Arizona).
Descubrieron una tendencia a largo plazo de debilitamiento
de las manchas solares que, de continuar, podría provocar que el campo
magnético del Sol no fuera lo suficientemente fuerte para producir manchas
solares durante el Ciclo Solar 25, según afirmó el equipo.
«Las manchas oscuras se están volviendo más brillantes»,
afirmó Penn durante una reunión informativa para la prensa.
Basándose en sus datos, el equipo afirmó que el ciclo solar
actual, cuando finalice, habrá sido «la mitad de intenso que el Ciclo 23 y el
próximo podría no tener manchas solares».
También se
ralentizan las «corrientes en chorro» del Sol
Frank Hill y sus colegas, del Observatorio Solar Nacional,
han llevado a cabo un estudio independiente de los ciclos solares a través de
una técnica llamada heliosismología. Este método estudia las vibraciones de la
superficie del Sol causadas por olas acústicas para trazar su estructura
interior.
El equipo ha seguido el rastro de «corrientes en chorro»
enterradas llamadas oscilaciones de torsión. Estos flujos de material
aparecieron cerca de los polos del Sol y migraron hacia el ecuador. Se cree que
juegan un importante papel en la creación del campo magnético del Sol.
Las manchas solares suelen producirse en las líneas de estos
flujos y el Sol suele ser más activo a medida que los flujos se acercan al
Ecuador, por lo que pueden indicar cuándo se desarrollarán los ciclos solares.
«La oscilación de torsión para el Ciclo Solar 24 apareció
por primera vez en 1997», afirmó Hill hoy durante una reunión informativa para
la prensa. «Lo que significa que el flujo del Ciclo 25 debería haber aparecido
en 2008 ó 2009, pero no ha sido así».
De acuerdo con Hill, sus datos parecen indicar que el inicio
del Ciclo Solar 25 podría retrasarse hasta 2022 (unos dos años más tarde) o
incluso podría no llegar a tener lugar».
Por otra parte, Richard Altrock, director del programa de
investigación de la corona del Sol para el Observatorio Solar Nacional (NSO) de
las Fuerzas Aéreas Norteamericanas, ha observado cambios reveladores en el
fenómeno magnético en la corona (la capa más tenue de su atmósfera superior).
Este rápido movimiento hacia los polos de elementos
magnéticos en la corona está relacionado con el aumento de la actividad solar:
un ciclo alcanza su máximo cuando la actividad magnética alcanza unos 76 grados
de latitud norte y sur del ecuador del Sol.
El movimiento hacia los polos también está relacionado con
el hecho de que el Sol «barra» el campo magnético vinculado al ciclo solar
anterior, dado dando paso a un nuevo campo magnético y a un nuevo ciclo de
manchas solares.
En la actualidad, sin embargo, este movimiento hacia los
polos es más bien lento, lo que significa que es posible que se alcance un
máximo solar muy débil en 2013, y podría retrasar o incluso evitar el inicio
del próximo ciclo solar.
El letargo, un buen momento para la
investigación
Juntos, estos tres estudios dan a entender que el Ciclo
Solar 25 podría no tener lugar, según han comentado los científicos hoy durante
una reunión de la Sociedad Astronómica Americana que se celebró en Las Cruces
(Nuevo México).
Sin embargo, el posible letargo del Sol no es motivo de
alarma, según afirmó Hill. «Ha ocurrido con anterioridad y la vida sigue su
curso. No estoy preocupado, al revés, es emocionante».
La falta de actividad magnética puede ser de ayuda para la ciencia.
Las tormentas solares fuertes pueden emitir descargas de partículas que
interfieren en la comunicación por radio, afectan a las redes eléctricas e
incluso pueden producir un arrastre excesivo en los satélites.
«El arrastre es un factor importante para las personas como
yo que trabajamos en la NASA», comentó Pesnell, «porque nos gusta mantener a
nuestros satélites en el espacio».
Por otra parte, la disminución de manchas solares no
significa necesariamente que disminuyan otras características solares, como las
prominencias, que pueden producir eyecciones de masa coronal dando lugar a las
auroras. «De hecho, se registraron auroras de forma regular durante el Mínimo
de Maunder», confirmó Pesnell.
Pesnell cree, además, que estos inusuales cambios de los
ciclos de actividad solar ofrecen una oportunidad sin precedentes a los
científicos para evaluar teorías sobre cómo el Sol crea y destruye campos
magnéticos.
«Tenemos ahora mismo una gran cantidad de satélites y
observatorios esperando saltar a la acción», añadió, «es el momento perfecto
para que el Sol haga algo diferente».