Yo quiero hablaros de mi
gran amor de verano, que tuve con 17 años y que recuerdo con cariño (ahora
tengo 42). Se llamaba Almudena y era de Madrid. Venía a mi pueblo todos los
veranos y teníamos una peña en la que se reunía toda la gente de nuestra edad.
En el pueblo, y en verano, todo era divertido, sin horarios, nuestros padres
nos dejaban a nuestro aire totalmente… Nos lo pasábamos muy bien.
Almudena era
extrovertida, divertida y estaba un poco loca, una locura sana, de esas que te
hacen reír. Era la alegría de cada verano. La conocíamos desde pequeña, a ella
y a todos los que venían desde otros puntos de España a veranear a nuestro
pueblo. Pero ese verano, el de los 17 años, fue en el que Almudena y yo nos
descubrimos.
Éramos toda una pandilla
unida a pesar de vernos únicamente en los meses de verano. Cuando Almudena
llegó el pueblo la encontré más guapa que nunca. Bueno, más bien de repente la
observaba de otra forma. Me gustaba cómo se movía, le veía dulce y su locura
sana me empezaba a volver loco (de amor) a mí. No tenía mucha experiencia con
las chicas, no sabía ligar, mi vida era muy normal, estudiaba y poco más (eran
otros tiempos!) pero de repente al verla sentí algo diferente.
Me costó acercarme a
ella por esa inexperiencia que os cuento, y también porque ella parecía pasar
totalmente de mí. Fue un verano divertido, lo recuerdo tan bonito. Por las
tardes al río a bañarnos y después de cenar a la peña, con poca cosa estábamos
a gusto, nos reíamos, jugábamos a las cartas, esos veranos fueron los mejores!!
Pero aquel terminó siendo único.
Poco a poco pude ir
acercándome más a Almudena. Al final, una noche, nos quedamos solos y nos fuimos
a dar un paseo. Es todo como muy de cuento, además al recordarlo con los años
no sé si he terminado idealizándolo, pero así quedó en mi recuerdo…
Nos besamos y fue
precioso. Éramos dos críos y se notaba, inexpertos, ya os digo que eran otros
tiempos. Nunca había llegado a tanto con una chica, solo había dado un par de
besos sin importancia pero ella era diferente. Al final, terminamos haciendo el
amor ahí mismo, fue una noche super especial, la recuerdo con mucho cariño y a
ella también.
Pasamos juntos el
verano, nos hicimos “novios” pero como pasa en estos casos, y por eso son
amores de verano… terminó en cuanto desapareció el calor. Ella se marchó a
Madrid, nos mandamos alguna carta pero todo se enfrió. Al verano siguiente
volvió, y volvimos a estar juntos, y vuelta a empezar, pero al siguiente ya
vino con su novio y todo terminó. Y no pasaba nada, sabíamos que tenía que ser
así, no sufrió nadie, al revés, fue todo natural y bonito. Hombre, reconozco
que algo me pellizcó por dentro cuando la vi con él, pero sabía que lo nuestro
no era un amor duradero. Pero sí el más bonito, al menos, para mí.